Archivos para septiembre, 2008

Imperfección adquirida

Publicado: 3 septiembre, 2008 en Sin categoría

Sí. Un título poco común y llamativo como hay pocos, o al menos eso se pretende. Pero como digo siempre, ese título no estaría ahí si no tuviera una razón, que la tiene. Como va siendo habitual, me da por reflexionar en cosas que de otra manera no pensaría y ahora le ha tocado a la imperfección y, por ende, a la perfección.

Hoy en día lo único que importa  es la perfección. Todo tiene que ser perfecto. Nuestra vida, nuestro trabajo pero sobre todo NOSOTROS. Todo aquel que ha conversado durante algo más de una hora conmigo sabe la importancia que tiene para mí la coherencia (en cuanto a actos, que ya se que escribiendo soy mas bien caótica) y por ello no puedo pasar sin llamar la atención sobre la hipocresía existente en este mundo. Es la moda aceptarse tal cual se es, quererse a uno mismo y todas las mañanas recordarse lo maravilloso y buen chico que somos. Sin embargo, cada vez es mayor la proliferación de anuncios de cremas y otras historias que nos hacen sentir más jóvenes, mas guapos y hasta más atractivos. Y las estadísticas (esa gran mentira que se utiliza como dato fiable) confirman que cada vez es mayor el gasto por familia en este tipo de productos. Eso sí, no nos basta con una crema universal si no que se compra una para cada parte del cuerpo, desde las pestañas hasta las uñas del dedo meñique del pie. Estos anuncios nos venden la mercancía de manera que no nos damos cuenta “es necesario quererse a uno mismo, y para ello utiliza esta crema”. “Da igual que tengas 40 años largos, si quieres sentirte como una de 20 utiliza la super mega fashion novedad mundial de la marca yoquese” y ya entra el problema de la edad en juego. Carmen Posadas, con la que estoy plenamente de acuerdo, en su artículo “una segunda juventud” (altamente recomendable) también desarrolla este problema. Yo lo voy a desarrollar desde mi punto de vista. Hay gente que a medida que pasan los años se deprime por “envejecer”, esa palabra tabú que nos llena de escalofríos cada vez que la oímos. Bien, pues yo no creo que envejezcamos, simplemente EVOLUCIONAMOS. No siempre se puede vivir una edad, no es sano. Hay que saber madurar y adaptarse a lo que nos viene dado. Creo que cada momento tiene sus puntos a favor, sólo hay que saber encontrarlos y aprovechar cada momento al máximo. Nuestro pasado forma parte de nosotros, es lo que nos hace ser lo que somos, y por ello no es conveniente olvidarlo, pero tampoco nos podemos amargar el presente viviendo de recuerdos, porque cuando nos queramos dar cuenta, como si de un reloj de arena se tratase, se nos escurrirá entre los dedos.

Relacionado con esto, y pensando e hilando he llegado a la conclusión que escondemos nuestro verdadero yo. No voy a decir que somos algo que no somos realmente, pero sí que creo que somos lo que creemos que los demás desean ver de nosotros. ¿Y si no es así? ¿Y sí los demás solo quieren ver lo que somos en esencia? Voy a lanzar una hipótesis muy aventurada, pero como dice el refrán “La ignorancia es osada”. Si al final todos vamos con máscaras (llamadlas maquillaje, o el querer quedar siempre bien, u ocultar aquello algo menos agradable de nosotros mismos), y no llegamos más que a lo superficial, quizá sea ese el motivo por el que se rompan tantas parejas. Cuando de verdad nos quitamos la máscara y descubrimos (y nos descubren) lo que hay detrás nos asusta tanto que decidimos huir. Esto se podría solucionar siendo uno mismo desde el principio. Vamos, creo yo.

Sé que este artículo me va a quedar mas largo de lo que debería pero me gustaría tratar un par de puntos más sobre todo este lío. En muchas disciplinas la perfección es sinónimo de lo “aburrido”. Si hablamos de cine, por ejemplo, una imagen simétrica da a entender inactividad, no va a pasar nada, el espectador se aburre. Por eso nada se centra, todo está ligeramente enfocado hacia alguno de los lados o hacia la parte superior o inferior. Sólo hay que fijarse en las tomas de los presentadores de los informativos, siempre tienen un hombro mas cercano al borde del encuadre que el otro. En fotografía también existen normas de encuadre. Para todos aquellos legos en materia fotográfica os diré que cada imagen se debe dividir en tercios tanto verticales como horizontales, y en los puntos de intersección de esas líneas imaginarias se encuentran los puntos de máximo interés, que es donde se coloca lo que queremos fotografiar ya que es donde el espectador dirige la mirada primero. Por ello, y la igual que en cine, la imagen no puede estar centrada.

Los griegos fueron los primeros en hablar sobre las medidas perfectas y el hombre perfecto, y aunque es una cultura que me encanta, tengo que discrepar bastante con esta teoría. Por experiencia propia se que no existe nadie perfecto, siempre tiene la nariz un poco mas baja, o una pierna mas larga que la otra o los dedos torcidos. Y lo que es perfecto, no es natural. Además, ahora se lleva mucho lo de los flequillos asimétricos… Como he dicho antes, al final con la perfección solo se consigue aspirar a la superficialidad. Y con ello la belleza, no importa que seas un persona astuta e inteligente si la cara y el físico no te acompañan, sin embargo, puedes no saber ni que es una tortilla y tener un cuerpazo y una cara bonita que fijo que se te presta mas atención. El género humano siempre ha intentado apresar la belleza, aún a sabiendas que la labor es imposible. Para entendernos voy a poner este ejemplo: Cuando paseando vemos una flor muy hermosa en un jardín, lo primero que se nos ocurre es cortar la flor y quedárnosla para nosotros. Sin embargo, no entendemos que esa flor es bella precisamente en su contexto y si la arrancamos le estamos quitando lo que le hace ser bella, y a nosotros no nos dura ni un día. Convertimos algo bello en algo defectuoso. Así con todo. Un cuadro, una fotografía, un artículo… Utilizamos cualquier elemento para cautivar lo que nos hace sentir bien. También el maquillaje y las máscaras que decía antes cumplen la misma función.

Por contrapartida, y ahora tocamos la imperfección, me dio un día por pensar las virtudes de ser imperfecta, como por ejemplo no tener que preocuparse de intentar ser algo que no soy, ni tirarse horas ante el espejo disimulando y creándome una cara perfectísima y todo este tiempo lo puedo utilizar para otras cosas. Además, todos los que me conocéis sabéis que no me maquillo mas que nada por que no me gusta y me aburre de sobremanera el Ritual (lavarse la cara, hidratarla, echarle una base de maquillaje…..etc). Por si fuera poco, el hecho de aceptar que soy imperfecta no me hace fijarme en los defectos de los demás y… ¡Qué narices! El mundo sería terriblemente aburrido si todos fuéramos perfectos e iguales. Pensemos, al igual que existen camisetas de diferentes colores, gracias a dios, existen personas diferentes y todas ellas adorablemente imperfectas. Amigos míos, tengo que añadir que si no existieran los feos, no existirían los guapos. “ehhhh???? A ver, a ver, a ver…. ¿cómo es esto?” Bien, es sencillo… ¿cómo se sabe que una persona es guapa? Porque hay alguien con quien compararlo no tan agraciado…verdad? Si no tuviéramos nadie menos agraciado para comparar…todos seríamos igual de guapos…o de feos…según como se mire. Pues ahí está la cosa, aunque no lo parezca los guapos nos deben su fama. Y bueno… para terminar ya con esto, voy a  decir que adoro ser imperfecta porque, otra cosa no, pero me encanta nadar contracorriente y sentir que al menos yo me he esforzado en obtener lo que quiero y además saber por qué lo hago.

Bueno….con esto concluyo mi super parrafada, ya siento rayaros de esta manera, pero es mi forma de ver las cosas, que ya sabéis que podéis corregirme cuando queráis, y aportar nuevas cosas que siempre son bienvenidas. Un besazo imperfecto pero enorme en todo caso!

Ana Espáriz